sábado, 23 de abril de 2011

TIEMPOS DE GUERRA

Tiempos de Guerra
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Titulo novelístico histórico que quedaría bien en muchos libros, pero la realidad es muy diferente. Las guerras forman parte de la genética humana, siempre las miramos como algo que ocurre lejos, mientras las observamos como pintorescas imágenes hasta del mismo uso armamentístico. Hay que reconocer que es así, lo que nos llega no son más que imitaciones de imágenes cinematográficas las cuales a demás son previamente manipuladas después de filtradas y estrictamente seleccionadas.
La realidad es muy diferente.
Pero esta vez el conflicto bélico (así suena muy bien) lo tenemos al lado.
Ni será corto Ni será fácil y nos afectara mucho más de lo que pensamos.
Ojala me equivoque. Ojala sea corto, ojala los múltiples conflictos nacientes y coincidentes en la zona norteafricana se resuelvan de otra forma.
Suenan tambores y cornetas de guerra entre los “moros” (ellos nos llaman “rumis”) y no pensemos que es cosa sólo de esa gente, la vieja Europa está llena de conflictos a lo largo de su historia no tan lejana.
Los múltiples conflictos norteafricanos tan coincidentes actualmente, tienen su origen en una revolución social, comenzaron en la década de los 80, cuando los magrebís, que han cambiado a gran velocidad en estos últimos años, eran una sociedad en la que los hombres no les llegaban “ni a la suela del zapato” a las mujeres. Son ellas las verdaderas responsables de sacar todo adelante, mientras el hombre, amparado y enarbolado por cuestiones religiosas, era el ser dominante. Pero llegaron los años 80 y con ellos un gran número de jóvenes (curiosamente un porcentaje importante de mujeres) salieron a estudiar y a trabajar al extranjero. El resultado de ese proceso fue un fuerte aperturismo en aquellos jóvenes que revolucionaban a los cercanos con sus costumbres y conocimientos fruto de estudios adquiridos en otros países. Revolución que caló en aquellos jóvenes contagiándola en sus países, jóvenes que con la ampliación cultural local y la generalización de los medios de comunicación hicieron germinar una semilla que producía mucho temor a los poderes nacionales, religiosos y familiares.
Fue a finales de la década de los 90 cuando, como contrapartida a aquella revolución social emergente, especialmente calada en las mujeres, renació el fundamentalismo religioso con el objetivo de que nada cambiase y todo siguiera igual.
Pero ya no hay vuelta atrás.
La posterior generación ya tenía los ojos abiertos y la diferencia de sexos era mucho menos marcada. Criados en el mundo de la globalización social y cultural se sentían atrapados y pisoteados por costumbres ancestrales que no compartíany mandatarios totalitarios que lo oprimían.
A pesar de parecer lo contrario, todos los países del norte de áfrica son bastante ricos en recursos, unos disponen de un gran potencial agrícola, otros turísticos, y en muchos de ellos disponen del apreciado “oro negro”. En todos los casos está riqueza además de estar mal explotada, está totalmente saqueada por todos los mandatarios de los gobiernos mientras la población se encuentra sumida en la pobreza y es controlada al máximo nivel por sus gobernantes.
Es importante tener en cuenta que el nacimiento de estas revueltas ha sido el mismo en todos estos países, y que, aunque parezca increíble que esto pueda pasar tan cerca de nosotros, el hecho que han iniciado todos los levantamientos han sido las hambrunas generadas por el aumento de precio de las materias primas, concretamente la de los alimentos y cederles básicos para esta población. Las revueltas provocadas por el hambre han derivado rápidamente en protestas contra sus dirigentes, cuestión ésta que ya que venía fraguándose desde hace años, baste recordar que una milicia no se organiza ni se puede armar de la noche a la mañana y aunque ya hemos vivido el caso de Egipto y ahora el de Libia, este movimiento es común en toda la zona mediterránea de áfrica.
Pero veamos ya el conflicto bélico.
La población no ha aguantado más, con años de sufrimientos tras de sí se ha levantado con las rudimentarias armas que han conseguido. Por su parte el gobernante ha llevado la situación a una guerra civil en toda regla. Rebeldes, a los que personalmente prefiero llamar ciudadanos armados, se han lanzado con simples ametralladoras antiaéreas (no baterías) contra todo el arsenal armamentístico de su mandatario. Está claro que con el paso de los días este personaje ya se ha asegurado de que sus soldados y pilotos no fallen a propósito los disparos contra sus propios vecinos. Este es el motivo por el que en los primeros días de conflicto los rebeldes avanzaran rápidamente y ahora sea al contrario.
Y comienza la intervención internacional.
Recordemos que si en Libia no hubiera importantes cantidades de petróleo y solo existiesen lagartos y culebras ya veríamos quien intervendría militarmente; lo cierto es que a pesar de que el peso pesado del petróleo (además de tenerlo de una calidad extraordinaria es Argelia), Libia es un proveedor principal de este recurso para todo occidente.
Lo cierto es que a Estados Unidos, no le interesa especialmente este conflicto, por ello lo delega en Europa, la cual, salvo Francia que es el pais que mas tajada final obtendrá, se comporta como un reino de taifas, (cosa que mas o menos es lo que es la Comunidad Europea en todos los aspectos) y por tanto su intervención será dubitativa y mezclada de decisiones políticas. Gran error, ya que una vez comenzado el conflicto, la cuestión ha de ser estrictamente militar.
El patio de operaciones de la coalición, ha de ser el siguiente: Introducción de comandos para toma de contacto con líderes rebeldes, marcación de objetivos aéreos y terrestres y espera para eliminación de llamémosle otros objetivos muy concretos.
Esto ya se realiza desde semanas atrás del inicio. Bloqueo radiológico y telemétrico de emisiones y comunicaciones del enemigo, esto comienza uno o dos días antes de lo que conocemos como inicio de la ofensiva.
Ofensiva de la aviación con tres objetivos básicos.
1.- Destrucción de las defensas antiaéreas.
2.- Destrucción de la defensa aérea (aviones).
3.- Control de movimientos con la menor destrucción posible de instalaciones en puertos y aeropuertos.
4.- Apoyo aéreo al avance rebelde tanto en vanguardia, como retaguardia.
5.- Eliminación de objetivos y protecciones del dictador.
6.- Alerta a órdenes y objetivos futuros según la evolución del conflicto.
Este es el panorama por ahora, e intentando no entrar por tierra, pero creo que sin esta última opción, si algún misil alcanza o si los rebeldes no se lo cargan, veremos quién es los guaperas que lo saque de allí.
Esto ira para largo, además las peleas y la indecisión de la OTAN solo llevará a cabrear y desilusionar a la población además de dar tiempo a una cosa de la que Gadafi es un experto: el terrorismo internacional.
Sorprendentemente el tratamiento informativo televisado está siendo diferente al que los norteamericanos nos tenían acostumbrados en estos últimos años, imágenes nocturnas de disparos de corto alcance antiaéreos, lanzamientos de misiles desde acorazados y bonitas imágenes de aviones despegando desde portaviones, bruscos cambios de rumbo por encima de las nubes y reabastecimientos en vuelo. Pero todas ellas con mosqueantes repeticiones de tomas muy parecidas en las que se SIMULA en algún punto desértico lleno de pedruscos que ha caído un misil o han explosionado una bomba aparecen los nativos del territorio desesperados por lo ocurrido y casi siempre sale corriendo de un lado a otro una señora con Bura que con sus zapatitos de TACON va sorteando todos los pedreros del terreno por donde pisa.
En este conflicto el tratamiento es diferente y por ahora no tan publicitario, muestran mas a los rebeldes con su escasez de medios y menos al dictador.
Y ya que hablamos de imágenes fijaros en este detalle de las sociedades musulmanas. Vemos además estos días múltiples noticias de las protestas y manifestaciones de todos los países norteafricanos y nos damos cuenta de que no hay en las protestas ninguna MUJER, a ellas solo las sacan llorando por los heridos, muertos, o por la pérdida de los hogares.
Por último, las consecuencias económicas serán importantes a largo plazo, si miramos mas adelante de los posibles vaivenes que se irán produciendo a lo largo de las revueltas y conflictos, veremos que además de la subida de los alimentos, el petróleo aumenta de precio por el aumento de la demanda de los países que comienzan su recuperación (que no es nuestro caso) y cuando se finalicen los conflictos, estos países sumidos en el caos y la pobreza, no estarán para demasiadas rebajas, necesitarán de esos recursos para levantarse de lo que sus gobernantes no les dejaron.
No sería demasiado descabellado pensar a largo plazo en un eje comercial al estilo comunidad europea entre ellos, y eso si que sería una complicación para la vieja Europa.

PD. Publicado en ADI el pasado 1 del presente mes

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